LA
CASA IMPERFECTA
Un maestro
de construcción ya entrado en años estaba listo
para retirarse a
disfrutar su pensión de jubilación.
Le contó a su jefe
Acerca de
sus planes de dejar el trabajo para
Llevar una
vida más placentera con su esposa
Y su
familia. Iba a extrañar su salario mensual, pero necesitaba retirarse; ya
se las arreglarían de alguna manera.
El jefe se
dio cuenta que era inevitable
Que su
buen empleado dejara la compañía y le pidió, como favor personal, que hiciera
el
último esfuerzo: construir una casa más. El hombre accedió y comenzó
su trabajo, pero se
veía a las claras que no estaba poniendo el corazón en
lo que hacía. Utilizaba materiales
de inferior calidad, y su trabajo, lo
mismo que el de sus ayudantes, era deficiente. Era una
infortunada manera de
poner punto final a su carrera.
Cuando el
albañil terminó el trabajo, el jefe fue a inspeccionar la casa y le
extendió las
llaves de la puerta principal.” Esta es tu casa, querido
amigo--- dijo---Es un regalo para ti”.
Si el
albañil hubiera sabido que estaba construyendo su propia casa, seguramente la
hubiera hecho totalmente diferente. ¡Ahora tendría que vivir en la casa
imperfecta que había construido!
Reflexión:
solemos ignorar que algunas veces somos “victimas de nuestro propio
invento”.
¿Nos damos cuenta de que todos los días
construimos “la casa” de nuestra vida?
Libro: La
culpa es de la vaca
Autores:
Jaime Lopera Gutiérrez y Marta Inés Bernal Trujillo.
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